La gran mayoría de voluntarios ofrece su tiempo y su esfuerzo a los
otros por altruismo, con el único objetivo de generar un beneficio al
prójimo. Sin embargo, sin saberlo, también podrían estar sacando un
provecho propio, ya que su acción repercute positivamente en su salud.
Es lo que sostiene un reciente artículo publicado en las páginas de 'BMC Public Health'.
El voluntariado, asegura el texto, parece mejorar la salud mental y prolongar la vida de quien lo practica,
aunque aún se desconocen las causas que explican este efecto. Los
mecanismos implicados en esta asociación son complejos e intrincados. De
hecho, tal y como sostienen los autores del trabajo, es posible que el
verdadero 'motor' del bienestar sean determinados factores biológicos y
culturales que, al igual que promueven un buen estado de salud, también
incitan a las personas a involucrarse en actividades de voluntariado.