lunes, 21 de junio de 2010

El juego y el juguete un asunto serio

ELABORADO POR PATRICIA SOTO MANUBÉNS, VOLUNTARIA FMP.

Nadie es indiferente al juego y al juguete. Son elementos simbólicos que nos han acompañado en momentos determinantes de nuestro desarrollo. Por eso el juego y el juguete, aunque no lo parezcan, son fenómenos concretos muy serios. Tanto así que un juguete puede ser tomado como un elemento arqueológico que describe una historia personal y un testimonio del mundo en determinado contexto histórico.

La pedagogía moderna ha hecho hincapié en la función didáctica del juego. Es decir, el niñ@ a través del juego y su interacción con el juguete, sin pretenderlo, verá el mundo. Es más al mismo tiempo que intenta, mediante el juego, reflejar la realidad, la deforma al crear un mundo propio, un proyecto de una realidad distinta.

El juguete en sí no sufre cambios sustanciales, más bien en apariencia ya que se mantienen determinadas disposiciones de los adultos que los niñ@s imitan como la procreación, la guerra, las profesiones, los deportes, etc. Dejando a un lado los juguetes tecnológicos desarrollados desde la década de los 80 y que merecerían un análisis específico de sus características y efectos.

De ahí la necesidad de prestar mucha atención al juguete como una herramienta de sociabilización y observar los valores de género implícitos/explícitos que se deducen en especial de su publicidad. Carmen Martínez Reina y Manuel Velez Cea, en su articulo Valores de género en la educación de niñas y niños, explican que “en su publicidad no se reproduce una sociedad que busca la igualdad plena entre hombres y mujeres, sino una sociedad que se asemeja a la de hace 20 o 30 años “. Si observamos los mensajes y las imágenes publicitarias de los juguetes en esta campaña navideña podremos ver que en un gran número de ellas se reproducen estereotipos de identidad sexual y de roles sociales.

Los juguetes propuestos al para las niñas son ocupaciones consideradas socialmente femeninas como la maternidad, las tareas domésticas y todo lo relacionado con la estética y el aspecto físico. En cambio, los juguetes para los niños se caracterizan por el desarrollo de proezas físicas, la fuerza, el intelecto, la valentía, etc. También, en cuanto a lo formal, se reitera mediante el color rosado para las niñas y azul para los niños esa necesidad de hacer visible la diferencia de género.

Según un estudio realizado en el 2008 por Radio Televisión de Andalucía: “los anuncios siguen promoviendo conductas de género, estableciendo, por un lado, estereotipos de belleza femenina fijados como símbolos de éxito y, por otro lado, alejando a las mujeres de los espacios profesionales de prestigio social y asignándoles roles de limpieza, cuidados y alimentación familiar”.

Nuestra responsabilidad está en ser un estímulo, una influencia, de libertad en la preferencia lúdica de los niñ@s. Sensibilizar en el ámbito familiar, escolar y social para educar y transmitir confianza en la búsqueda de su propia y especial identidad sexual, alejándose de los estereotipos, prejuicios, convenciones, tabús, etc.

¿Por qué no regalar un ajedrez a una niña o una muñeca a un niño? Ambos tendrán que desarrollar su intelecto de forma creativa y tendrán que ser padres ¿Cuál es, entonces, la diferencia?



Referencias Bibliográficas

• “La publicidad de los juguetes. Una reflexión sobre sus contravalores y sobre el fomento de la desigualdad de género” de Mª Luisa Iglesias Méndez y carmen Pereira Domínguez.
• “Valores de género en la educación de niñas y niños. Los juegos y los juguetes” de Mª Carmen Martínez Reina y Manuel Vélez Cea
• “Una muñeca tiene mamá, y papá” de Elena Duque