Según informa Mónica Bernabé desde Kabul, si en Afganistán la revolución tiene un color, a partir de hoy es sin duda el azul celeste. Centenares de mujeres se han manifestado este domingo de forma simultánea en diferentes ciudades de Afganistán para exigir una paz con justicia, coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Todas llevaban velos de color azul celeste, y todas han salido a la calle a la misma hora.
Es la primera vez que se celebra un acto coordinado de estas características en Afganistán, y además en sitios tan dispares. Las mujeres se han manifestado en Kabul, la capital y tal vez el lugar más relativamente seguro de Afganistán, pero también en las ciudades de Herat, Mazar-e-Sharif, Bamyan, Jelalabad, Daikundi, e incluso la volátil Kandahar, en el sur del país. De hecho, fue allí, en la considerada cuna de los talibán, donde nació la iniciativa.
El año pasado un grupo de mujeres convocó una oración pública por una paz con justicia en una plaza de Kandahar. Para sorpresa de las organizadoras, el evento reunió más de un millar de personas, todas féminas, y este año se ha querido hacer el experimento en el resto de Afganistán. El resultado también ha sido sorprendente.
Por la igualdad de derechos y oportunidades
"Llevamos estos pañuelos como símbolo de paz", exponía Parlika, pero añadía que la paz no va a ninguna parte sin justicia. "Para nosotras la justicia significa que las mujeres tengan igualdad de derechos y oportunidades que los hombres, y se les garantice algo tan básico como el acceso a la educación, la sanidad, el empleo y la justicia", detallaba la organizadora.
Según datos de las Naciones Unidas, entre el 70 y el 80% de las mujeres en Afganistán son forzadas por su familia a casarse con un hombre que no desean. El 84,2% son analfabetas. De hecho, sólo una chica de cada seis chicos cursa estudios superiores. Asimismo el país tiene tristemente uno de los récords mundiales en mortalidad maternal: entre 1.600 y 1.900 fallecen cada año al dar a luz por la falta de asistencia sanitaria apropiada. Y en cuanto al mercado laboral, tres de cada diez afganas trabajan en la agricultura, y las que cobran un sueldo, normalmente acostumbra a ser un 50 o 60% inferior al de los hombres. Sin duda estadísticas tan escalofriantes explican que hoy muchas mujeres decidieran echarse a la calle.
En principio la concentración en Kabul debía ser en un lugar público, de la misma manera que se hizo el año pasado en Kandahar. Pero como la situación de seguridad en la capital no está como para tentar la suerte, la oración pública finalmente se celebró en un auditorio dentro de las dependencias del Ministerio de Asuntos de la Mujer. Si las féminas, pues, aspiraban a hacerse ver, en esta ocasión su única esperanza eran los múltiples medios de comunicación allí presentes.
"Tenemos que continuar haciendo este tipo de actos, y esperamos que el año que viene se pueda organizar en más provincias de Afganistán", opinaba Zarina Naibkhel, que era la primera vez que asistía a una manifestación de estas características y se mostraba entusiasmada, a pesar de lo simbólico del evento.
En cambio, Sharifa Shakhizada, de 25 años, soltera, sin trabajo y vestida humildemente, se mostraba decepcionada con la celebración: "Mi vecina me avisó para que viniera pero, sinceramente, no creo que esto ayude para nada a cambiar la situación de las mujeres en Afganistán. En todo caso, quien debe hacer algo es el Gobierno y el presidente".